Hace 3 años fue mi primer viaje sin padres a un nuevo lugar; en el verano del 2017 por parte de la escuela me fui de intercambio a Canadá, se preguntarán de la relevancia de mi imán de Nueva York, bueno, el viaje duraba 4 semanas y seis días.
Las primeras 4 semanas estuvimos en Toronto, donde practicaba mi inglés y llevaba otra materia. Fue una experiencia que la podría revivir una y otra vez; conocí lugares hermosos, personas de otros países, mis amigas en ese entonces se volvieron mis mejores amigas, paso de todo. Pero lo mejor de este viaje fueron esos últimos seis días en Nueva York.
Viajamos en camión de Toronto a Nueva York, siete horas. Un largo camino en donde por primera vez vi The Notebook y lloré a mares (100% recomendada), tuve la oportunidad de dormirme aunque hubiera ruido y justo cuando estaban entrando a Nueva York todo el camión se unió para cantar NEW NEW YORK de Frank Sinatra.
Durante esos días conocí los lugares más emblemáticos de la ciudad: El Museo de Historia, Wall Street, La Estatua de la Libertad, Central Park, etc.
Todo estaba perfecto y pensé que no podía ser mejor; al llegar el último día estaba muy emocional y lo disfruté al máximo.
Nos dejaron ser libres por primera vez en el viaje, mis amigas y yo decidimos ir a comer, recorrer tiendas y por último ir al Rockefeller.
Sin embargo teníamos que regresar al toque de queda y ya íbamos tarde, nos faltaba comprar unos recuerdos de último minuto y recorrer mas de 30 calles para llegar a nuestro hotel y a la hora exacta.
Creo que nunca corrí tan rápido, ni compré tan rápido, en esas compras de último minuto fue donde compre el imán y puede que solo sea eso pero este simple imán me recuerda lo increíble que fue ese día y como en un día en donde llovió, ese recuerdo nunca será gris.
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